¿Quién no copia? Desde el colegio que plagiamos. Todos, no se hagan los boludos. Es más fácil y económico copiar que hacer, o que comprar originales en este caso (en el sentido del dinero y también de las acciones).
Es imposible frenar las copias. Pueden enjuiciarnos a los que usamos el Ares, el Kazaa, el Napster. Pero vamos a salir de tribunales y al tercer puesto de cds o dvds callejeros (sin chistes, gracias) algo nos vamos a llevar. Porque donde termina el negocio de uno, empieza el de otros, y porque mientras exista el hombre y el dinero, siempre se va a poder comprar al poli de la esquina.
Señores artistas (arrrte), ¿no les rinde vender discos? Piensen, usen esa linda cabecita que sus padres les dieron además de para dejarse el pelo largo y sacudirlo al son de Rapsodia Bohemia, y traten de sacar algo interesante que haga que valga la pena comprar originales. Antes de las bajadas existieron las grabadoras de cd, antes los recitales y temas grabados en casetes, antes los colados en Almendra y así podemos seguir.
Toquen, hagan giras, preséntense más y en cualquier lugar, no todo es plata. Algunos tocan el Plaza Francia, investiguen. Y son mucho más grosos de lo que ustedes van a llegar a soñar alguna vez.
Una canción una vez que sonó por primera vez, es del público. Imaginemos un mundo musical con ideología alemana. Musica en las manos de todos, la producción en manos de todos. Al fin de cuentas, si tocás y tu canción gira y gira, más te van a ir a ver.
Volvió Cajitas Musicales, no se sabe ni por cuánto, ni por qué.